No, ChatGPT no es tu agencia de marketing

Hoy existen cientos de tipos de IA: desde robots que sueldan autos hasta algoritmos
que detectan tumores antes de que tu médico gire el estetoscopio.
Un verdadero festival de ciencia ficción… pero en horario corrido.

¿Y en marketing?

Acá la estrella es la IA generativa. Y sí, eso hace que más de uno crea que
“cualquiera puede hacer marketing con ChatGPT”. Spoiler: no.

ChatGPT (como tantas otras IA) es una navaja suiza potentísima. Bien usada, despeja dudas
y acelera procesos. Mal usada, te deja sosteniendo la hoja filosa.
Ejemplo extremo: los diagnósticos médicos estilo “tenés algo rarísimo, ordená tus asuntos”.
Si la consulta la hace un contador, caos total; pero si la hace un médico, la IA se convierte
en colega asistente y no en gurú apocalíptico.

Con el marketing pasa lo mismo.



De la “gran amenaza” al mejor compañero

Cuando explotó la fiebre de la IA, muchos juraron que las agencias íbamos a cerrar persianas
y a vender medialunas. Drama, llanto y pañuelos. Después llegó la sobriedad (y el café)
y vimos la foto completa: la IA no nos reemplaza, nos potencia.

En Miró Content Marketing usamos varias herramientas (ChatGPT, Firefly, Runway, etc.).
Pero antes de tirar prompts a lo loco, cranear es la palabra clave: papel, lápiz y estrategia firme.
Luego sí, la IA hace su magia… pero bajo ojo humano responsable.

¿Por qué somos pro-IA?

  • Acelera tiempos: brainstorming, copies, bocetos, todo en fast-forward.
  • Optimiza costos: cuando el cliente necesita contenido “para ayer” y el presupuesto
    es ajustado, IA al rescate.
  • Suma creatividad: combina ideas que, de otro modo, tardaríamos horas (o mates) en conectar.

¿Significa que las fotos y videos reales son cosa del pasado?
Para nada.
El material propio tiene un peso emocional y una autenticidad que ninguna IA puede clonar.
Pero cuando el cronómetro aprieta—o el Excel tiembla—tiramos de IA para mantener
la calidad sin romper la alcancía.



(Este texto fue escrito por un humano y retocado con mimo por nuestro queridísimo Dwight-GPT. Cualquier chiste malo es 100 % orgánico).

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